
La pisada al correr y la elección de la zapatilla
Se ha hablado de si la gente es pronadora o supinadora. Pero esto es una suma tontería, aunque el marketing intente que la gente compre más o se gasten más dinero por tener que hacer la prueba de supinadora o pronadora, o incluso por el aumento del precio de una zapatilla. Me explico, nuestras estructuras articulares cuando están sanas mantienen un movimiento ínfimo fisiológico que atiende a todos los movimientos que nos puede proporcionar esa determinada articulación.
El esfuerzo muscular mal dosificado de repetición de un movimiento en determinados hábitos y deportes predisponen a que estas articulaciones a la predisposición de uno de esos movimientos ínfimos laterales de las articulaciones o incluso muchas veces de los dos produciendo que se bloqueen generando lo que se conoce como lesiones mecánicas ya que las superficies de contacto articular se observan incongruentes con una hiperpresión en uno de los lados en un estadio inicial puede no producir síntoma, pero se genera una isquemia (bloqueo total o parcial del aporte de sangre) que hace que la nutrición no llegue donde tiene que llegar, y restringiendo el rango articular con la consecuencia en el tiempo de dolor o molestias en un movimiento concreto o en varios en relación a la presión sobre el cartílago la solicitación del tejido que termina inflamándose si no se le pone solución comienza a degenerarse.
Bien existen personas que son más inversoras o más eversoras según la estructura que presenta su pie-tobillo, pero la acción muscular es la que va acondicionar la predisposición a una determinada lesión, el pie es el que se adapta al terreno y para ello su borde en voladizo es capaz de aumentar o disminuir según donde sometamos la presión (también los diferentes arcos plantares sufren modificaciones dependiendo de la adaptación al suelo y su inclinación). Con esto quiero decir que lo ideal siempre es una zapatilla neutra con una buena amortiguación que lleve levemente un engrosamiento en la cara interna del pie, y hacer hincapié en las autoelongaciones (estiramientos) pertinentes para que la musculatura que tiende a la inversión o la eversión según la función muscular repercuta en la estructura mecánica del pie-tobillo lo menos posible.
La elección de la zapatilla debe ser cómoda, el segundo criterio debe ser la absorción del impacto ( con lo que una vez puesta realizaremos 3-4 golpeteos fuertes sobre el suelo comprobando que no notamos el impacto en la rodilla). El tercer criterio es trotar un poco y ver si no nos estrangula el pie.
Con esto ya estás listo para correr tranquilo sin preocuparte por tu salud de pies corredores. Porque en Remafibc sabemos que correr sin riesgos no sólo es un gusto sino que te prepara para asumir que se necesita siempre un conocimiento experimental para después alcanzar retos.
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